Pocos samurai aparecen tanto en la historia y conocimiento japoneses como Minamoto Yoshitsune, el brillante general cuyas tácticas ganaron una cadena de victorias para su hermano Yoritomo, que culminaron en la desaparición del clan Taira.
Yoshitsune era hijo de Minamoto Yoshitomo (1123-1160), quien apoyó a los Taira lo largo de los Altercados Hôgen (1156). El propio padre de Yoshitomo fue muerto como consecuencia del incidente, así como once parientes más. En 1159 el mismo Yoshitomo intentó desafiar a los Taira pero fracasó. El año siguiente fue asesinado; su mujer y sus hijos fueron encontrados más tarde y llevados ante Taira Kiyomori, quien los despreció. Yoritomo, el segundo mayor, fue enviado a Izu mientras que Yoshitsune fue enviado a un templo en Kuramayama, al norte de Kyoto. Más tarde fue entregado a la custodia del gobernador de esa provincia, Fujiwara Hidehira (? - 1187). Poco más se sabe con certeza acerca de la juventud de Yoshitsune, aunque historiadores más tardíos llenaron los huecos con una serie de aventuras, en una de las cuales Yoshitsune escapaba del monasterio para ser entrenado en esgrima por uno de los míticos tengu.
En Mayo de 1180, el Príncipe Mochihito, el hijo del emperador retirado Go-Shirakawa, ordenó a los Minamoto levantar armas en contra de los Taira. Aunque Mochihito sería asesinado en junio y Minamoto Yorimasa fracasó en la Batalla de Uji, un fuego había sido encendido en septiembre. Yoritomo levantó un ejército en Kanto. En algún punto en 1180 Yoritomo y Yoshitsune se reunieron, probablemente por primera vez desde su separación en 1160. Sus actividades exactas se sumergen de nuevo en lo desconocido hasta 1184, cuando dirigió un ejérito contra Minamoto (Kiso) Yoshinaka. El 2 de junio de 1183 Yoshinaka había obtenido una gran victoria sobre los Taira en Kurikara y a finales de agosto ocupó Kyoto. Con los Taira a la defensiva, Yoshinaka se movió para asumir el control general sobre los Minamoto, una aspiración que Yoritomo no podía permitir. Usando el pobre comportamiento de las tropas de Yoshinaka en la capital como pretexto, Yoritomo envió a Yoshitsune para expulsarle de la capital. En febrero de 1184 Yoshitsune, quien se había ganado el rango de Sô- daisho (General del Ejército), dirigió un ejército que incluía a su hermano Noriyori (1156 - 1193) y Kajiwara Kagetoki (? - 1200) a la zona de Kyoto. Yoshinaka envió un ejército para tomar posiciones en el río Uji y cubrir los dos cruces principales- los puentes de Uji y Seta. El ejército atacante se dividió en dos partes, con Yoshitsune dirigiéndose al puente Uji mientras que Noriyori cruzó el río hacia el puente de Seta. Ambos asaltos a los cruces fueron exitosos en los dos puntos y los hombres de Yoshinaka perdieron la moral y huyeron. Cuando Yoshinaka recibió las noticias de la derrota abandonó Kyoto e intentó huir del lugar con un puñado de sirvientes, incluyendo al único ejemplo en Japón de mujer samurai – Tomoe Gozen. Pronto fue arrinconado en Awazu y cometió seppukku.
Con Yoshinaka fuera del camino, Yoritomo aseguró el apoyo de los Go- Shirakawa y ordenó declarar la guerra a los Taira. El 13 de marzo Yoshitsune y Noriyori recibieron permiso para marchar hacia las provincias occidentales y se movieron hacia Settsu, la puerta este hacia el mar interior de Setô. El primer objetivo de Yoshitsune era el puesto Taira en Ichi no Tani, una fortificación bien posicionada cubierta por la zona trasera por una escarpada inclinación. Aquí fue hacia donde los Taira habían huido en su retirada de Kyoto y podía ser empleado como una fase para futuros intentos de retomar la capital.
Ichi no Tani estaba escudad en diversos fortines que incluían Mikusuyama al norte e Ikuta no Mori al oeste. Estos debían ser reducidos antes de que Ichi no Tani pudiera ser atacada.
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Yoshitsune iba a dirigir una fuerza de unos 10000 hombres alrededor de Ichi no Tani y resolvió atacar por el oeste mientras que 50000 (de acuerdo con las historias de guerra) bajo el mando de Noriyori golpearían desde el este. El 18 de Marzo Yoshitsune se aproximó a Mikusuyama. Temiendo que los Taira reforzarían esta importante posición, Yoshitsune lanzó un ataque nocturno inmediato que echó el fortín abajo. De acuerdo con el Heike Monogatari, los defensores supervivientes, incluídos tres nietos de Taira Kiyomori, huyeron hacia la costa y pasaron hasta Shikoku dejando 500 muertos. Yoshitsune envió a 7000 hombres a las órdenes de Doi Sanehira por el lado oeste de Ichi no Tani mientras él dirigía a los restantes 3000 hacia la cima de los montes que dominaban el fortín.. Mientras tanto, Noriyori había empezado el ataque a las posiciones frontales de los Taira en Ikuta no Mori. Mientras Doi comenzaba a intercambiar disparos con los Taira que se encontraban abajo, Yoshitsune buscaba a un hombre que conociera una forma de bajar a la parte trasera de Ichi no Tani, y el monje Benkei le proporcionó un guía. Con la atención de los Taira totalmente distraída por Doi y Noriyori, Yoshitsune lideró a sus hombres en una escalofriante cabalgada por la pendiente y hacia la parte trasera del fuerte. Aturdidos por la realización de aquello que ellos habían asumido como imposible, los Taira cayeron presa del pánico, su moral destruida por la hazaña de Yoshitsune. Cogiendo al aún niño Emperador Antoku, los comandantes Taira se alejaron hacia sus naves, ancladas justo en la costa. Las barcas rápidamente se llenaron y desplegaron los valámenes, abandonando a más de unos pocos guerreros Taira detrás para luichar y morir en la orilla, incluido el trágico Taira Atsumori.
La victoria Minamoto en Ichi no Tani despejó el camino para un asalto en Yashima, los cuarteles generales de los Taira en Shikoku. Yoritomo decidió adoptar una aproximación cautelosa y refrenó a sus dos combatientes hermanos menores. Los seis meses siguientes se pasaron consolidando las ganancias ya logradas y poniendo en orden a las muchas familias que habían apoyado o se habían opuesto a los Minamoto.
Inmediatamente después de Ichi no Tani, Yoshitsune y Noriyori regresaron a Kyoto y desfilaron con las cabezas de notables Taira por todas las calles. En octubre, Noriyori fue enviado a destruir a los seguidores Taira de Kyushu y comenzó una larga y agotadora marcha a las provincias de occidente.Yoshitsune permaneció en Kyoto y esencialmente actuó como el delegado de Yoritomo hasta principios de 1185. Oficialmente, Yoshitsune era responsable de emitir decretos que ordenaban la finalización de cualquier tipo de violencia en territorio Minamoto. En la práctica, sus directivas cubrían otras tareas, incluida la prohibición de proyectos e impuestos de guerra sin el expreso consentimiento del liderazgo Minamoto.
Durante la estancia de Yoshitsune en Kyoto los primeros signos de ruptura entre él y Yoritomo se hicieron evidentes. Se dice de Yoritomo que negó a Yoshitusune los títulos nobiliarios otorgados a Noriyori y que se enfureció cuando la corte siguió adelante y los aprobó de todas formas. Puede que simplemente fuera cuestion de que Yoritomo quisiera que su delegado se mantuviera fuera de cualquier influencia de la corte, pero parece más probable que el momento estaba preparado para lo que ocurriría tras las Guerras Gempei.
En Marzo de 1185, con Noriyori preparándose para invadir Kyushu, Yoshitsune fue autorizado para regresar a la guerra. Pretendiendo un asalto en Yashima, acantonó una flota de naves en Watanabe (provincia de Settsu). Durante los preparativos discutió con Kajiwara Kagetoki, uno de los sirvientes más cercanos de sus hermanos mayores, acerca de la estrategia, un incidente que pudo muy bien volver más tarde para perseguir a Yoshitsune. En la tormentosa noche del 22 de marzo Yoshitsune decidió que el tiempo era adecuado para navegar y ordenó a sus hombres subir a los barcos. Viendo que el clima era extremadamente adverso, los marineros se negaron a salir al mar, y solo lo hicieron después de que Yoshitsune amenzará con matar a todo aquél que desobedeciera sus órdenes. Incluso así, no todas las naves siguieron a Yoshitsune aquella noche. Imperturbable, Yoshitsune atracó en Shikoku al amanecer y se encaminó a Yashima, a unas treinta millas de distancia. Supo por un guerrero local que, a pesar de la importancia del fuerte, la guarnición Taira en Yashima se había reducido en la actualidad a favor de una expedición a Iyo, una información bienvenida que le empujó a seguir adelante.
Por aquél entonces, Yashima se hallaba separada de la tierra principal por un estrecho canal fácilmente vadeable a caballo cuando la marea estaba baja. La base Taira estaba situada en la playa que encaraba la isla principal, con su flota fondeada en los bajíos al frente, fácilmente accesible. Alertado del acercamiento de Yoshitsune por los fuegos que se encendieron en la cercana Takamatsu y temiendo que una fuerza mucho mayor que la que realmente tenía Yoshitsune estaba en las proximidades, Taira Munemori ordenó la inmediata evacuación del fuerte y huyó a las naves con el Emperador Antoku. Yoshitsune dirigió a sus hombres a una carga hacia el canal y se inició una batalla en torno a los barcos mientras cierto valeroso Minamoto llamado Gotobyôe Sanemoto prendió fuego al fuerte. Para cuando Munemori se dio cuenta de los pocos hombres con los que contaba Yoshitsune, el fuerte ya estaba en llamas. El combate continuó en los bajíos hasta que la llegada del alba forzó un descanso, punto en el que los Taira se movieron más allá del alcance de las flechas Minamoto. En un célebre incidente, los Taira, esperando que su enemigo desperdiciara flechas, enarbolaron un abanico en una de sus naves y retaron a los Minamoto a probar sus habilidades como arqueros con él. Nasu Munetaka, un joven y diminuto guerrero conocido por su habilidad con el arco, fue convocado y Yoshitsune le ordenó que intentara golpear el abanico. Determinado a golpearlo o cometer seppukku en caso de fallar, Nasu cabalgó dentro del agua y soltó una flecha zumbadora, destrozando el abanico- para delicia tanto de los Minamoto como de los Taira.
La mañana siguiente, los Taira navegaron hasta el puerto cercano de Shido mientras Yoshitsune les perseguía de cerca. De acuerdo con el Heike Monogatari, los Taira sobreestimaron los números de las tropas que los Minamoto tenían en Shikoku y acabaron huyendo completamente de la isla. Se reagruparon en Hiroshima en Nagato mientras que Yoshitsune, tras ver las cabezas tomadas, cruzó la provincia de Suo y se preparó para aquello que probablemente sería la batalla final de la guerra. Inspirado por las victorias de Yoshitsune, algunos que apoyaban la causa aparecieron a última hora, reforzando los números de Yoshitsune tanto en hombres como – y esto era más importante- en naves.
Al anochecer del 24 de abril de 1185 los Minamoto navegaron contra los Taira, que esperaban en un lugar que se ha hecho famoso en la historia japonesa como Dan no Ura. Yoshitsune superaba su cantera en número casi por dos a uno (850 - 500) pero los Taira prometieron pelear con fiereza. No tenían otro lugar al que correr y estaban inspirados por el liderazgo y el valor de Taira Tomomori, un guerrero mucho más experimentado que el señor oficial del clan, Munemori. La batalla comenzó alrededor de las ocho, con la marea fluyendo a favor de los Taira. Los Taira se habían dividido en tres grupos, con un gran arquero llamado Yamaga Hidetô comandando la vanguardia. Sus arqueros hicieron un sangriento trabajo contra los guerreros Minamoto, hacinados en sus barcas hasta que las flotillas oponentes se unieron y la lucha se convirtió en una de espada y lanza. Los Taira lucharon bien y el resultado estaba en duda hasta que uno de sus comandantes, Taguchi Shigeyoshi cambió de bando.
Taguchi se abrió paso hasta Yoshitsune y señaló el barco que tenía al Emperador, Armado con este conocimiento y el favorable cambio en las mareas en contra de los Taira, Yoshitsune reunió a sus samurai y gritó a sus arqueros disparar a los barcos enemigos. La marea de la batalla se detuvo, se agitó y volvió en contra de los Taira. El emperador y su madre, la viuda de Taira Kiyomori, se arrojaron al agua y se ahogaron, seguidos por Tomomori otros cientos guerreros Taira. El desastrado Munemori fue capturado y por la tarde temprano el triunfo de Yoshitsune era completo. El clan Taira fue erradicado como amenaza para el poder Minamoto y en 1192 Yoritomo podría ser nombrado Shogûn.
En 1192, sin embargo, Yoshitsune moriría. El mismo año que ganara la batalla de Dan no Ura, Yoritomo ordenó su muerte y en 1189 fue atrapado y forzado a cometer seppukku en el lejano norte. ¿Qué trajo esta caída desde la gloria?
Al menos en parte, la naturaleza sospechosa de Yoritomo tuvo la culpa, combinado con su obvia ambición. Su sobrino Kiso Yoshinaka ya cometió el error de contrariarle; ahora Yoshitsune, cuya relación con el futuro Shogûn había empeorado aquel mes, iba a sufrir un destino similar.
Parece que tras Dan no Ura, Yoritomo se negó a premiar a su hermano con títulos, como hiciera tras Ichi no Tani. De acuerdo con el Heike Monogatari y el Asuma Kagami, el rival de Yoshitsune, Kajiwara Kagetoki, tomó cada oportunidad para calumniar a Yoshitsune, evidentemente con buenos resultados. Evidentemente Yoritomo incluso rechazó dejar que su hermano entrara en Kamakura cuando llegó con el prisionero Taira Munemori. Perplejo por la hostilidad de su hermano, Yoshitsune envió una carta a Ôe Hiromoto, uno de los jefes consejeros de Yoritomo. En su famosa ‘Carta Koshigoe’, Yoshitsune desacreditaba las calumnias elevadas acerca de su persona y protestó insistiendo en ser sus leal a la familia Minamoto y a Yoritomo en persona. Cuando esto no trajo ninguna respuesta positiva después de tres semanas en el pueblo de Koshigoe, Yoshitsune volvió a Kyoto. Pudo haber sido perfectamente que ese Go- Shirakawa, ahora una vieja mano en la intriga política, esperaza explotar la situación en su propio beneficio ensanchando la grieta entre los dos hermanos. Los títulos otorgados a Yoshitsune, que incluían la gobernación de Iyo que Yoritomo rápidamente anuló, sin duda levantaron sospechas en Kamakura. De hecho, los eventos del verano de 1185 son tan sombríos que desafían cualquier explicación definitiva de los sucesos que ocurrieron después. Lo que se sabe con certeza es que finalmente Yoritomo decidió deshacerse de Yoshitsune, cuyo comportamiento se pensó que se había vuelto abiertamente traicionero. Yoritomo ordenó a Noriyori tomar el mando de la expedición; Noriyori protestó en beneficio de Yoshitsune y finalmente rechazó de pleno, un acto que le ganó un viaje al exilio. En su lugar fue enviado un guerrero conocido como Tosa no bô Masatoshi que más tarde fue capturado y asesinado por los hombres de Yoshitsune.
Yoshitsune ya había aprendido que su vida estaba en serio peligro y a mediados de noviembre se aseguró autorización imperial de Go- Shirakawa para hacer la guerra a su hermano mayor. En esta ocasión se alió con Minamoto Yukiie, un tío que una vez sirvió junto con Kiso Yoshinaka. Cuando llegaron noticias de un gran ejército aproximándose desde Kamakura, decidieron huir a Kyushu, donde Yoshitsune había sido nombrado jitô por Go-Shirakawa. Desafortunadamente, ambos fueron atacados por hombres del clan Minamoto leales a Yoritomo en Settsu y fueron forzados en última instancia a rendir sus planes a la huida a las provincias occidentales. La mayor parte de los hombres que apoyaron a Yoshitsune y a su tío desaparecieron y en diciembre Yoshitsune era atendido por un puñado de sirvientes, reducido a esconderse en los montes del sur de Kyoto como un simple bandido. Entonces ya había sido despojado de sus títulos y su consorte Shizuka se hallaba bajo custodia; para rematar la cosas ¡Yoritomo incluso había cambiadop su nombre durante su ausencia!
De alguna forma, en medio de muchos rumores de sus hazañas y escondrijos, Yoshitsune se abrió paso hasta Mutsu, donde encontró refugio con su antiguo guardián, Fujiwara Hidehira. Hidehira murió en noviembre de 1187 y dejó un testamento en el que Yoshitsune debería gobernar Mutsu, un deseo que el hijo de Hidehira, Yasuhira, ignoró. Un conflicto estalló dentro de los Fujiwara e inevitablemente, las autoridades de Kamakura supieron la localización de Yoshitsune.
El 13 de junio de 1189, Yoshitsune y su viejo compañero Benkei fueron encontrados en la mansión de Fujiwara Motonari en Koromogawa cuando Fujiwara Yasuhira atacó bajo la presión de Yoritomo. Benkei se las arregló para mantener alejados a los asaltantes el tiempo suficiente para que Yoshitsune matara a su joven esposa y cometer seppukku. La cabeza de Minamoto Yoshitsune fue transportada hasta Kamakura, donde provocó una respuesta emocional por parte de todos los que la vieron. Años más tarde, cuando Yoritomo cayó de su caballo (sufriendo heridas fatales en la caída), la historia que circuló fue que el Shogûn fue sobresaltado por el fantasma del traicionado Yoshitsune.
Un soldado notable y clásica figura trágica, Yoshitsune fue una leyenda más allá de su muerte. Kûjo Kanezame, un leal a Yoritomo, escribió en su diario en 1185:
"Yoshitsune ha dejado grandes logros; a este respecto no hay nada que discutir. En valor, benevolencia y justicia, está ligado a dejar un gran nombre a la posteridad. En esto solo puede ser admirado y alabado. La única cosa en la que decidió rebelarse a Yoritomo. Este es un grave crimen de traición.”
El modo en el que Yoshitsune murió le aseguró una paz honorable en la posteridad, mientras que la memoria de Yoritomo llevará para siempre una mancha negra como resultado. Tan solo lo que ocurrió en esos meses del verano de 1185 será un misterio, pero los logros de Yoshitsune en las Guerras Gempei cambiaron el curso de la historia japonesa y le otorgaron un lugar entre los más grandiosos samurai.