Otro pedazo de lo que estoy proyectando...

"Espero que no os aburra demasiado. Para variar es una porción sin revisar ni corregir. Así, ¡PUN! de sopetón. Tal y como me salió lo comparto"

Siempre pensó en esa estatua como una puerta a otro mundo, no al infierno como se pretendió durante gran parte del siglo XX. El Ángel Caído del parque del Retiro, más oscuro que nunca aquella noche, se llevaba la mano izquierda a la cabeza, dejando un rastro inconfundible de plumas y plumones celestiales. La fuente alrededor había desaparecido, víctima de las inclemencias de una reyerta callejera.

Laura Zanetti se apoyó en la estatua de cuerpo escultural y acarició el pedestal frío. Miró a los ojos perdidos de Lucifer, el ángel que más amó a los hombres, y recorrió el parque del Retiro con su mirada. Lucifer no se inmutó.

Un chasquido de ramas rotas quebró el silencio nocturno. Laura empujó el pedestal de granito grisáceo y desplazó con facilidad la escultura, revelando unas escaleras que bajaban hacia el interior de la tierra misma. Laura se volvió hacia el chasquido y comenzó a bajar por las escaleras.

Desde la Rosaleda Marchita se aproximaba un grupo de siluetas humanoides que se reunieron en la entrada que se había revelado bajo el Ángel Caído. Todas siguieron a Laura hacia el interior del país.