Ich bin betrübt
Ja. Ich bin betrübt.
Acabo de llegar a casa. Son las 7:27 de la mañana y no se me ocurre otra cosa que ponerme delante de un maldita máquina a aporrear teclas y leer lecciones de alemán. Sólo espero que me sirva para algo, porque ni el gaélico ni el japonés me han atado tanto.
Quizá es el pragmatismo oriental lo que me lleva a pensar que 'die Deutsch Fremdsprache' me servirá para algo en mi vida. Tanto en la novelista como en la informática. Por el momento me mantiene unido a una compañera de trabajo y en SAP, tanto las excepciones como los errores de BSP's son en alemán...
Acabaré sacándole partido... por un lado o por otro. Lo juro. Y si no me creeis mirad a la Miss:
1 Comments:
¡Pues sácale una foto para que aporreemos las teclas en un inusitado ejercicio de crueldad, hombre!
Yo estudié alemán un mes. Me pareció el idioma más feo de la cristiandad y luego no me fui a Berlín de voluntaria, así que lo dejé. Pero recuerdo que una vez le cogías el tranquillo era más fácil de lo que me había imaginado.
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