Y para más reseñas, la factura del Restaurantito de marras

Pinchad, pinchad. Veréis cómo es la factura. Ridícula. Y claro está, mal hecha.

1,50€ por cada cubierto, que fue mal puesto: tres panecillos con tres piezas de mantequilla sin cuchillo alguno para untar.

3,00€ por cada agua. Cágate lorito, puestas sin vaso. Bebimos a morramen.

2,50€ por cada pedazo de lechuga con tomate sin sal. Es decir, una "ensosada", no ensalada, como bien definió Saibot. Y eso que en la carta ponía 2,00€ bien clarito.

15€ de Peixe, que no pedimos en absoluto. 'Tá bien, 'tá bien... eran esos calamares rostizados de Saibot... hmmmm... espera, espera si pedimos dos platos de carne y uno de pescado, ¿por qué razón la tipa cambió la carne por el peixe? ¿No sabe diferenciar un calamar de una suela de zapato?

Nos quedamos con la idea de que cada plato de carne nos salió por 7,50€. Es la primera vez que me cobran tanto por cambiarles las tapas a mi calzado, de verdad. Y el cerdo de Frid estaba bien... adobado. Tanto, tanto que creo que tenía algo de bacalao, de lo seco que estaba el joputa.

8,00€ de carne. Vale. Los calamares. Las pelotas de pitufo, como dije en el post anterior. De pitufo negro... ¿los recordáis? ¡ÑAC! ¡ÑAC! y te conviertes en un pitufo negro, que es casi lo que nos pasó a Saibot, a Frid, y a mi. Estábamos negros de ira...

Y no olvidéis: la primera factura eran 53€ en un cacho de papel que la woman-like zombie (¿zombie-like woman?) había usado pa pegar un chicle, fijo.

Pues hala, ya que estos dos vagos no quieren hacer report, ya lo he recordado yo. Algún día os contaré acerca de la cena en el Calcuta... menuda diferencia.